Ella es la chica del momento. El, una de las estrellas de Hollywood más atractivas y, además, separado. Después de que en febrero de este año se sembraran sospechas de un romance entre Sean Penn y Calu Rivero, el viernes por la noche se los vio cenando en To, uno de los dos restaurantes top de comida japonesa de Palermo Hollywood, informa Diario Perfil.
No fue algo difícil notarlos; sumada a la de por sí llamativa presencia del actor, estaba el look tan extravagante como aseñorado de Calu; un inmenso sombrero de ala ancha color marfil, camisa y pollera a media pierna a lunares blancos y negros, botas de caña corta con taco aguja y tapado a tono con el sombrero.
Ubicados en el salón del piso superior, comieron sopa y sushi y charlaron distendidos durante dos horas. Casualmente, en la mesa contigua se encontraban Mauricio Macri y su mujer, Juliana Awada. “Hay cosas. Pero todo con calma”, confesó risueña Rivero al periodista de C5N Roberto Funes al salir del restó.
“El chico más cool del universo”. Así definía Madonna a Penn, en pleno apogeo de una de las uniones más recordadas de los 80. Fue en esos años que cultivó el personaje de “chico malo”, ganándose fama de violento y varios problemas con la ley. El matrimonio se terminó junto con la década e inmediatamente a comienzos de la siguiente el actor de Río Místico conoció a Robin Wright –la actriz famosa por interpretar a Jenny en Forest Gump– durante el rodaje de El clan de los irlandeses, película en la que ambos trabajaban junto a Gary Oldman y Ed Harris. Durante veinte años forjaron su estabilidad dentro del endeble mundillo de Hollywood y tuvieron dos hijos, hoy de 21 y 19 años. “Robin es un fantasma para mí. Estuvimos juntos tanto tiempo… y ahora se ha ido”, decía un romántico Penn en una entrevista luego de la separación. Pero un año después del duelo volvió a estar en carrera, y vivió una fugaz relación nada menos que con Scarlett Johansson, recién separada del actor Ryan Reynolds y con quien se mostró en algunos pocos eventos sociales.
La historia con Calu –a quien dobla en edad y que es apenas mayor que sus hijos– comenzó en su última visita a la Argentina, a principios de este año. Presentados por el músico Gustavo Santaolalla, el actor ganador de dos Oscar y la actriz de Dulce amor se habían conocido en una fiesta en el Hyatt y desde entonces estuvieron en contacto. En esa ocasión Penn había llegado por su labor de embajador itinerante de Haití, pero su visita tomó notoriedad a partir de la visita a la presidenta Cristina Kirchner y su apoyo a las políticas con respecto a la soberanía de Malvinas. El nexo había sido su amigo argentino Fernando Sulichin, un importante productor y documentalista radicado en Hollywood cuya marca registrada es su interés y el retrato de líderes mundiales, en especial, los latinoamericanos.
